Pero, ¿qué es el manto hidrolipídico de la piel?

El manto hidrolipídico de la piel es una «crema natural» que se encuentra en su superficie y que actúa como barrea defensiva contra las agresiones externas
A la hora de dar forma al manto hidrolipídico de la piel entran en juego el sudor y el sebo, y la mezcla de ambos, que forman esa barrera protectora. Es decir: cuenta con una base acuosa (el sudor) y una base lipídica o grasa (el sebo).
La barrera de nuestra piel
Además de ejercer como barrera frente a los factores externos, el manto hidrolipídico de la piel también contribuye a mantener su hidratación. El problema llega cuando esta barrera sufre agresiones que dañan su estructura. Por ejemplo, una limpieza inadecuada, temperaturas extremas, o el utilizar cosmética inadecuada.
Los daños en la barrera natural de la piel
Y si el manto hidrolipídico se encarga de proteger nuestra piel, ¿puedes adivinar qué pasa si esta barrera se rompe? Exacto. La piel queda comprometida, más expuesta y vulnerable, a los factores externos como la contaminación, la suciedad o el sol. Esto, entre otras cosas, puede desencadenar brotes de acné o sensibilidad.
Las pieles sensibles en el punto de mira
Las pieles sensibles tienen el manto hidrolipídico dañado, y por eso se irritan, resecan y enrojecen. Por ello, resulta clave cuidar este tipo de piel con productos y tratamientos profesionales, específicos. El objetivo de ese cuidado será reforzar este tipo de piel, tan vulnerable y delicada. A la vez, necesitamos humectarla, para calmarla y aportarle sensación de confort y suavidad. ¿Y cómo podemos conseguirlo todo? Pues confiando en Harmonie, la línea para pieles sensibles o sensibilizadas de ANESI: productos específicos para calmar, reforzar y aportar confort a las pieles sensibles que ya no toleran nada.
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