Si estás saturada… ¡Necesitas un détox emocional!

Porque si eres de las que piensan que tu cuerpo se alimenta sólo de las cosas que comes o bebes, ¡estás muy equivocada! Día a día, tu cuerpo también se alimenta de emociones (positivas o negativas) y de excesos (tabaco, azúcar…). Sin embargo, nuestro ritmo de vida (a menudo frenético) no nos deja mucho tiempo para liberar tensiones, descargar la mala energía, delegar tareas o hacer un poquito de nada en algún momento del día. Al final, terminamos explotando con la primera persona que se cruza en nuestro camino justo en ese momento en el que ya no podemos más. ¿Sabías que esa «explosión» puede resultar tan perjudicial como una intoxicación alimentaria? Y es que lo que piensas, también influye en tu salud, en tu bienestar y por supuesto… En tu belleza. Si estás peligrosamente cerca de esa línea roja que separa tu estabilidad del caos, lo tenemos claro: necesitas un détox emocional.
Cómo tu mente influye en tu cuerpo
Muchas veces no nos damos cuenta, pero cada pensamiento negativo que tenemos es un pequeño granito de arena que cae sobre otros con los que ya cargamos y que terminan por convertirse en una montaña. Tanto las emociones negativas, como el estrés o la negatividad, pueden llegar a influir en nosotros como lo hacen las enfermedades. De hecho, entrar en un bucle continuo de inestabilidad y saturación general, puede fomentar la aparición de muchas enfermedades. Por eso, te recomendamos que cada día recuerdes esto: ¡eres lo que piensas! Así que piensa en positivo.
Las personas tóxicas empeoran la situación
Hay personas a tu alrededor (pueden ser seres queridos, pero generalmente son personas con las que no nos llevamos bien o con las que nos conectamos) que son verdaderas personas tóxicas. Gente que sólo cuenta cosas malas, que sólo ve el lado negativo de las cosas o que, indirecta o directamente, dedica su tiempo a lamentarse, a quejarse, a estar cabreado, ¡e incluso a hacerte a ti la vida imposible! Cuando pasas mucho tiempo con esas personas, terminas «cargando» con su negatividad y su pesimismo. Y si además de no aportarte nada bueno, te aportan cosas malas (te hacen sentir mal), cuanto más lejos estés de ese tipo de gente, mucho mejor.
La regla de los 10 minutos al día
Muchos expertos piensan que, si dedicáramos 10 minutos de nuestro día a no hacer absolutamente nada, a cerrar los ojos e intentar dejar de pensar y escucharnos un poco más, seríamos mucho más felices y sobre todo, nos costaría mucho menos desconectar en vacaciones o tendríamos una actitud mucho más positiva en nuestro día a día. Y es que detenerse en medio de la vorágine durante unos minutos, puede beneficiarnos física y mentalmente. Por no hablar de que es la ocasión perfecta para reconectar con nosotros mismos, pensando sólo en nosotros, en lo que nos apetece y en lo que no. En definitiva, necesitamos 10 minutos al día para escaparnos un poquito del mundo. 10 minutos, sólo 10 minutos y podrás volver a reengancharte a tu rutina con la mejor de las energías, ¡prometido!
Los 8 ingredientes de un détox emocional
Además de los 10 minutos al día que te recomendamos para no hacer absolutamente nada, aquí van 8 tips que pueden ayudarte a llevar a cabo el détox emocional que necesitas. ¡Atenta!
- Ejercicio: practicar ejercicio cada día nos ayuda a liberar tensiones y sobre todo, mantiene en buen estado nuestro cuerpo (lo cual es fundamental para sentirnos fuertes y con energía cada día).
- Respiración: concéntrate, de vez en cuando, en cómo respiras y practica varias veces al día respiraciones en profundidad, sobre todo cuando viajes en transporte público, antes de ponerte a trabajar o justo antes de dormir. ¡Te ayudará a sentir más tranquilidad en tu día a día en general!
- Piensa en positivo: a veces no es fácil, pero intentar verle el lado bueno a las cosas, muchas veces nos ayuda a encontrar antes las soluciones a los problemas, a pensar ciertas cuestiones con más calma o a aprender que no pasa nada por no tenerlo todo controlado, porque la casa se quede un día desordenada o porque no le hagamos caso al móvil durante un rato.
- Critica menos: criticar a los demás, en el fondo, nos hace mucho más daño del que pensamos. Procura evitarlo. Para conseguirlo, recuerda: si no tienes nada bueno que decir de alguien, simplemente cállate.
- Sé objetiva: a veces viene bien guardar las distancias y observarlo todo desde otra perspectiva. Cuando tenemos problemas, solemos obsesionarnos y preocuparnos demasiado, pero en realidad, si adquirimos un poco de distancia, podemos verlo todo mucho más claro.
- Sé consciente de tus emociones: a veces, no podemos hablar con alguien sobre cómo nos sentimos. A falta de alguien con quien hablar, escribir puede ser una buena solución para expresar nuestros sentimientos y exteriorizar todo aquello que tenemos dentro y que, aunque no nos demos cuenta, nos pesa.
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