¿Buscas un cuerpo 10? ¡Practica la danza polinesia!

Sólo nos hace falta escuchar hablar de ella para transportarnos a las islas paradisíacas del Pacífico: Hawai, Tahiti… En estos lugares, las danzas se han utilizado desde siempre para expresar sentimientos y creencias, para contar historias a través de cadentes movimientos de cadera o para dar la bienvenida o despedirse con delicados gestos con las manos. Cada gesto de las danza polinesia alude a elementos naturales como las montañas, las olas del mar o a emociones como el amor o la alegría, pero también las hay en honor a deidades y que pertenecen a rituales religiosos.
Podemos llegar a aprender mucho de la cultura de estas islas o de la forma que tienen sus gentes de percibir la vida, pero lo que quizá no sabías que se podía (y se puede) es ponerte en forma a la vez que liberas tu mente y mejoras sustancialmente tu autoestima. Hoy te hablamos de la danza polinesia por dos motivos: el primero, porque bailar siempre es una forma divertida de ponerte en forma y el segundo, porque tiene tantos y tan múltiples beneficios que, una vez que la pruebes, seguro que te vuelves totalmente adicta.
Puesta en forma
La danza polinesia tiene múltiples beneficios, pero sobre todo, tiene el poder de tonificar glúteos, piernas, brazos y abdominales, a la vez que corrige la postura de la espalda. Todo tu organismo se estimula a través de diferentes movimientos y los que engloban de forma específica la región pélvica, son ideales para reforzar la musculatura de caderas y cintura. ¡Además se pueden llegar a quemar hasta 500 calorías en una sola sesión de una hora!
Cuerpo coordinado y en equilibrio
¿Alguna vez te has preguntado por qué se aprende a bailar el hula con un vaso de agua (lleno) sobre la cabeza? Porque es uno de los mejores métodos para comprobar los progresos en este tipo de danza. Al principio, serás incapaz de aguantar más de 10 segundos con el vaso en la cabeza. Al final, te darás cuenta de que la danza polinesia te ha ayudado a corregir vicios posturales y a mejorar la alineación y el equilibrio global del cuerpo. Esto, por supuesto, exige de cierta disciplina, ya que en algunas modalidades se practica cardio de forma real y se trabaja en profundidad la resistencia, a la vez que se trabaja con el peso del propio cuerpo. Una parte muy importante de la danza polinesia es, además, la coordinación corporal y la sincronización de los movimientos al ritmo de la música. Así, a la vez que tu cadera ondea a la derecha, tu pie se mueve hacia la izquierda, tus manos narran la canción, tu cabeza piensa en la música y tu cara refleja alegría y sentimientos. ¡Pura coordinación!
El pacífico en la mente
Practicar cualquier tipo de baile reduce la tensión en los músculos y la tensión nerviosa. Esto se debe a que el cerebro libera endorfinas (las responsables de sentirnos positivos y relajados), lo cual combate directamente el estrés. Pero además, pensar en las islas polinesias es pensar en relax, en playa, en parajes paradisíacos… Y se ha demostrado que bailar sus danzas es de lo mejor que se puede hacer para fomentar la buena energía y contagiarte de alegría. En esta danza, las grandes protagonistas son las caderas, una zona que muchas mujeres se esfuerzan por disimular y que aquí, sin embargo, son símbolo de feminidad y sensualidad, un hecho que nos puede ayudar a sentirnos liberadas y a mejorar nuestro autoestima.
Conviértete en una chica Hula
Una de las danzas polinesias más conocidas es la danza hawaiana, conocida como «Hula». Este baile es, más que una danza, una tradición que ha pasado de generación en generación. La palabra significa «baile» y suele contar historias sobre la creación del mundo, leyendas de dioses y héroes, aventuras de los antepasados o historias sobre volcanes y océanos.
La danza polinesia ayuda a tonificar glúteos, piernas, brazos y abdominales. También se trabaja con el peso del cuerpo, la resistencia o el equilibrio. ¡Y se pueden quemar hasta 500 calorías en una única sesión de una hora!
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