6 tips para organizar el trabajo en tu centro de estética

Probablemente, una de las cosas que más necesitas incorporar en tu centro de estética, sobre todo al empezar, es un método de trabajo que, más allá de los tratamientos y servicios a los clientes, te permita organizar todas las tareas y el resto de trabajo entre los miembros de tu equipo para que el salón esté ordenado, para cuadrar la caja diaria o para recibir a los comerciales o recepcionar los envíos de proveedores. Es importante, por tanto, establecer algunos puntos que te ayuden a la ora de organizar el día a día, de forma que la rutina sea mucho más llevadera y el ritmo del día a día no te impida tener controlados todos los aspectos de tu negocio. En realidad, suena mucho más complicado de lo que realmente es, sobre todo si aciertas a la hora de dividir el tiempo y de asignar las tareas. Para ayudarte, hemos preparado una serie de tips que te ayudarán a organizar el trabajo en tu negocio. ¡Atenta!
Establece todos los objetivos
Lo más importante a la hora de organizar el día a día de tu centro, es darle a cada tarea un objetivo. Y es que, a veces, trabajar mucho no es sinónimo de trabajar bien. Por eso es fundamental que el tiempo del trabajo se emplee adecuadamente y se aproveche al máximo. Para esto, es importante definir los objetivos que quieres conseguir con cada tarea y comunicárselos a tu equipo, de tal forma que ellos, al igual que tú, los interioricen. Los objetivos son importantes, además, para definir qué funciones y tareas son claves para lograrlos.
Valora y repasa tus recursos
No sirve de nada marcarte un objetivo estupendo, si no tienes el personal necesario para llevarlo a cabo. Ten en cuenta, por tanto, cuántos trabajadores tienes, quiénes son, su grado de experiencia y sus capacidades. Además del personal, también tienes que tener en cuenta si se necesitan herramientas específicas para llevar a cabo los objetivos.
Elabora listas de tareas por periodicidad
Una vez que tienes claros los objetivos y los recursos de los que dispones, empieza a elaborar una lista de las actividades o las tareas que consideres imprescindibles para el buen funcionamiento de tu centro. Define cuáles son prioritarias y cuáles dependen de otras, además de indicar la persona o personas que van a llevarlas a cabo. Una buena forma de organizar el trabajo, es dividir las listas en tareas diarias, semanales, quincenales o mensuales. Por ejemplo, una vez por semana es importante hacer inventario, cada quince días es prioritario ordenar el almacén y diariamente, es imprescindible limpiar la cabina.
Asigna las tareas
Una vez elaboradas estas listas, establece turnos rotativos entre tus empleados y tú, de forma que cada actividad vaya pasando de unos a otros. Así todos estaréis implicados de la misma forma en el buen funcionamiento del centro. Motiva a tu equipo a que te pregunten cualquier duda o a que planteen cualquier sugerencia con respecto a las tareas que les han sido asignadas. Además, a la hora de asignar las tareas, es importante que tengas en cuenta el horario de cada trabajador y sus otras responsabilidades, para no sobrecargar con demasiado trabajo a un solo empleado.
Nombra un responsable:
Como no siempre estarás en tu centro, es importante que nombres a un responsable que se encargue de supervisar todas las tareas y de asegurarse de que se cumplen. No siempre es fácil delegar el funcionamiento de tu propio negocio en otra persona, pero sí que es necesario para mantener un equilibrio entre tu vida personal y el trabajo. Lo que puedes hacer, si no quieres asignar este puesto a uno sólo de tus empleados, es que cada semana, uno de ellos sea el responsable. Es importante que, entre otras funciones, el responsable se encargue de atender tu centro como tú lo harías, sobre todo de cara a la atención al cliente o en los trámites administrativos con proveedores, facturas o caja.
Haz un análisis de tus progresos:
Cuando lleves un tiempo con el sistema de organización implantado en el día a día de tu centro, párate a analizar qué cosas han funcionado (facilitando la rutina del día a día, simplificando otros procesos, consiguiendo más productividad) y cuáles no han supuesto una diferencia considerable, han supuesto algún conflicto o han terminado por no realizarse, bien por falta de tiempo o bien por falta de recursos. Haciendo este análisis, es posible que des con aquellas cosas que pueden hacerte más fácil la vida en tu negocio y por tanto, es más probable que el tiempo que emplees en él sea un tiempo mucho más aprovechado y productivo.
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