¡S.O.S! Cómo disimular (bien) ese grano rebelde

Nos ha pasado a todas y nos seguirá pasando. Socorro, ¿cómo quitar el acné?
Ése momento en el que, poco antes de un evento importante, descubrimos un granito en el que no habíamos reparado. Rápidamente, solemos acudir a capas y capas (y más capas) de maquillaje, porque lo único que nos importa es «tapar» el grano. Sin embargo, cuanto más lo intentamos ocultar, más se nota. Y lo peor es que la piel de alrededor está empezando a lucir «acartonada» de tanto producto que hemos puesto encima y de tanto que estamos manipulando la zona. ¡Así no se puede ir a ningún sitio!
Sin embargo, DON’T PANIC. Esta situación es tan común que hay muchos trucos que puedes aplicar en un momento de crisis. Así que, si al ir a maquillarte antes de una ocasión especial descubres un grano, sobre todo, tómatelo con mucha filosofía y pon en práctica alguno de estos trucos, ¡atenta!
Cuidado con el corrector: ¡puede que el grano se vea más grande!
Muchas veces, recurrimos al corrector creyendo que es una especie de varita mágica que va a ocultar todas las imperfecciones del rostro y quitar el acné. Sin embargo, no siempre tenemos en cuenta pequeños detalles que pueden provocar, precisamente, el efecto contrario. Por ejemplo el tono del producto, ya que si utilizamos uno más claro que el tono natural de nuestra piel, lo que conseguimos es, precisamente, destacar más el grano y potenciar su volumen, ¡se verá más grande y llamará más la atención! Lo mejor es dejarnos aconsejar y utilizar un tono acorde al color de nuestra piel. Para elegirlo, una buena ayuda es tener en cuenta, además, el subtono de tu piel.
Precisión ante todo
Del mismo modo que es un absurdo intentar, como dice la frase coloquial, «matar moscas a cañonazos», intentar cubrir una pequeña imperfección con mucha cantidad de producto y aplicarlo además directamente con la yema de los dedos, es igual de inefectivo.
Lo mejor es utilizar una brocha de un tamaño adecuado al tamaño del granito que queremos cubrir para ser lo más precisas posibles. Y, por supuesto, en este caso no siempre cantidad es igual a calidad (es preferible que el grano se aprecie ligeramente a que sea evidente por un exceso de producto en la zona), por lo que en vez de malgastar el producto, intenta aplicar la cantidad justa con pinceladas muy sutiles. Si eres delicada a la hora de aplicarlas, la zona se irritará mucho menos y, por tanto, será mucho más sencillo disimular la imperfección.
El orden de aplicación
Si la imperfección no es muy grande o el grano no tiene mucho volumen, puedes aplicar primero la base (sobre todo si es fluida y de textura ligera) y después el corrector. Sin embargo, si el granito es rebelde, tiene volumen y está enrojecido, lo mejor es aplicar un corrector verde (que neutraliza las imperfecciones de color rojo), difuminarlo bien y entonces aplicar la base de maquillaje. Para el toque final, un poquito de corrector sobre la base, justo en la zona de la imperfección, con el que conseguirás un efecto camuflaje total. ¿Y el truco para que el corrector aguante todo el día? Darle un toquecito con polvos compactos.
La importancia de desmaquillarse
Todos estos trucos se aplican, como hemos visto, en un caso de extrema urgencia. Después del evento en cuestión, es muy importante que te desmaquilles bien para eliminar los restos de todos los productos utilizados y que además, te exfolies para dejar la piel bien limpia y los poros oxigenados. Que la piel permanezca asfixiada durante más tiempo de la cuenta, puede provocar la aparición de nuevos granos, ¡y eso es algo que no queremos! Es importante, además, que apliques una crema hidratante y bastante acuosa que hidrate la piel en profundidad y le aporte confort después de todo el día maquillada.
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