8 tips de belleza bajo la ducha

¿Sabías que los españoles pasamos en la ducha (o en la bañera) unas 48 horas al año? ¡Esto nos convierte en el segundo país europeo más limpio! Sin embargo, nuestra ducha diaria puede servir para algo más que para sentirnos limpias, activadas por la mañana o más relajadas por la noche: ¡porque es un momento perfecto para ponernos a punto con nuestra rutina de belleza! Sí, has leído bien: toda una rutina de belleza que puede practicarse bajo la ducha y que puede contribuir, no sólo a tu higiene, sino también a verte (y a sentirte) mucho más guapa. Tu piel, tu pelo y en definitiva, todo tu cuerpo, ¡te lo agradecerá! Por eso, hoy te traemos 10 tips de belleza bajo la ducha. ¡Atenta!
1. Agua tibia
Aunque nada resulte más relajante que una ducha con agua caliente en invierno; o más refrescante que una ducha de agua fría en verano, en realidad la temperatura ideal del agua para la ducha es, sin duda, la templada. Ya que el agua a temperaturas muy frías o muy calientes pueden causar daños imperceptibles en la capa superior de la piel, llegando a astringirla o a secarla.
2. No más de 10 minutos
Además de que la temperatura de agua debe ser la ideal, la ducha perfecta no debe durar más de 10 minutos. Y aunque está bien que, de vez en cuando, te des el capricho de una ducha relajante, recuerda que un exceso de agua puede dañar las capas más superficiales de la piel, haciendo que su barrera de protección natural se resienta.
3. Mejorar la circulación
¿Tienes las piernas cansadas frecuentemente? Aprovecha la ducha para aplicar agua fría (¡o templada!) en las piernas, con pasadas de abajo hacia arriba. Con ello, conseguirás reactivar la circulación, aliviando las molestias de las piernas cansadas y, si eres constante, será una de las mejores formas para prevenir las varices.
4. Aplicar bien el champú
Normalmente, ¿aplicas el champú directamente en el pelo? Pues lo sentimos, pero… ¡Estás cometiendo un error! Lo mejor es comenzar aplicando el champú (la cantidad equivalente al tamaño de una nuez) en la palma de la mano y emulsionarlo un poco hasta que salga algo de espuma. Después, ya sí que sí, repartirlo de forma uniforme por todo el cabello, primero de medios a puntas y después, realizando un masaje suave, peor intenso, hacia el cuero cabelludo.
5. Un buen aclarado
Para que, tanto la piel como el cabello, queden bien limpios, no sólo es necesario aplicar gel de baño o champú en su cantidad justa (ni más ni menos), sino también conseguir un buen aclarado con abundante agua. Y es que, uno de los síntomas de que no te aclaras adecuadamente el pelo, es que su aspecto es opaco y apelmazado. En cuanto a la piel, un aclarado deficiente, puede provocar la obstrucción de los poros y la consecuente aparición de granitos. Su tacto, además, no sería suave sino pegajoso, parecido al que tiene cuando sudamos.
6. No te olvides de…
Sobre todo cuando vamos con prisa, solemos entrar a la ducha y salir pensando que un enjabonado rápido y un aclarado sin más en el pelo, es suficiente. Sin embargo, en estas ocasiones dejamos de prestar atención a zonas importantes que debemos cuidar del mismo modo que cuidamos, por ejemplo, el cabello. Hablamos de la espalda, los pies, o las uñas: los grandes olvidados de la ducha que, sin embargo, están constantemente expuestos a bacterias, suciedad o sudor. ¡No te olvides de ellos en tu ducha diaria!
7. Exfoliación corporal
Aprovecha el momento de la ducha para exfoliar bien la piel del cuerpo (en muchas ocasiones, no perdonamos nuestra exfoliación semanal del rostro, pero nos olvidamos por completo del cuerpo), para ayudar a la regeneración de la piel, a la eliminación de las células muertas y contribuir a la limpieza en profundidad. ¡Porque una piel limpia es sinónimo de piel sana!
8. No frotar e hidratar
Cuando sales de la ducha, el primer impulso es frotar fuertemente la piel con la toalla, ¡error! Haciéndolo, puedes dañar la piel. Lo mejor es que te seques a base de toquecitos con la toalla o frotar de forma suave: lo justo para retirar el exceso de agua, pero no eliminarla por completo. Además, después de la ducha es importante utilizar una buena loción corporal hidratante. El momento ideal es cuando la piel todavía no está del todo seca.
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