Tacones: 4 trucos para que no te jueguen una mala pasada

Que sí, que la frase de «dale a una mujer los tacones correctos y dominará el mundo» está muy bien, ¡pero a alguien se le olvidó mencionar lo que dolían los pies después de un rato con ellos puestos! (Sobre todo si son nuevos…). ¿No te ha pasado alguna vez que, aunque los zapatos son los más bonitos del mundo, apenas puedes aguantarlos unas pocas horas? Y es que, no hay peor condena para una adicta a los zapatos que no soportar los tacones. ¿La parte buena? Que siempre hay trucos que pueden hacer la tortura mucho más llevadera y lo más importante: que pueden ahorrarte rozaduras, ampollas o dolores de piernas. Toma nota de estos trucos y no vuelvas a sufrir por tus zapatos:
Directos al congelador
¿Es verdad lo que dicen de este remedio casero? ¿Es cierto que, si metes unos zapatos recién comprados al congelador, al ponértelos los aguantas mucho mejor? Pues parece ser que sí. Por lo visto, esta solución que seguro te ha recomendado alguna vez tu madre o tu abuela, consigue agrandar un poco la horma del zapato. Pero ojo: la forma correcta de hacerlo es llenando una bolsita de agua, introducirla en el zapato y después meterlo al congelador. Así, cuando el agua se congele, aumentando de tamaño, dará un poquito de sí el zapato, haciendo mucho más llevadero el momento de estrenarlos.
Plantillas de silicona
Para que el pie vaya mucho más sujeto dentro del zapato y a la vez muy cómodo, te aconsejamos que utilices unas plantillas de silicona. O por lo menos, utiliza almohadillas de este material en la puntera (punto de máximo apoyo del pie cuando llevas tacones). Haciéndolo, evitarás que se formen durezas en esta zona y además, los pies te dolerán mucho menos.
Tu número: ni más ni menos
Parece obvio, ¿quién va a llevar un zapato más pequeño o más grande de lo que le corresponde? ¡Pues te sorprenderían la de cosas que se ven por ahí! Pero es que, no utilizar una talla adecuada es una de las causas más comunes del desarrollo de problemas en los pies. Si el zapato es grande, el pie no irá bien sujeto y ejercerás mucha más presión sobre los dedos sin ni siquiera darte cuenta (hasta el momento en que el dolor sea insorporable, claro). Si es más pequeño y el pie te entra con dificultad… ¿Qué te vamos a contar? ¡Las rozaduras y ampollas están servidas!
Crema… para tus zapatos
Utilizar crema hidratante y exfoliar de vez en cuando los pies, es bueno para la piel de esta zona, pero utilizar la crema para conseguir que unos zapatos sean algo más cómodos antes de estrenarlos, ¡también es algo muy común! La noche de antes, extiende la crema por el interior del zapato y después, introduce papel de periódico dentro. Déjalos así toda la noche y a la mañana siguiente estarán mucho menos rígidos (¡y serán mucho más cómodos!).
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